Su vida cultural está llena de celebraciones, iniciándose con el nacimiento y continuando con los matrimonios. Éstos son polígamos, es decir, un hombre se puede casar con varias mujeres y así podrá tener muchos hijos, mucha familia. Todo esto va a depender del número de cabezas de ganado que posea. Cuando escogen esposa bailan un día entero, sin parar.
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Cuando una mujer va a tener un bebé se deben sacrificar dos ovejas. Una el mismo día que sabe que está embarazada y la otra cuando nazca el niño. El aceite que obtienen de la grasa de la primera oveja lo tomará la madre y el de la segunda lo tomará el padre, para estar fuerte (eso es lo que creen).
Los masáis también celebran fiestas en cada cambio de edad: al pasar de la infancia a guerrero menor, de guerrero menor a guerrero mayor, de guerrero mayor a adulto y de adulto a anciano.
Hoy en día los masáis coleccionan un gran número de danzas rituales y cánticos, que efectúan frente a los turistas a cambio de dinero y otros beneficios económicos. Por lo general, no se dejan fotografiar salvo que se les otorgue un pequeño pago como compensación.
Algunos masáis también venden objetos de artesanía propios de su cultura a los turistas.